Con Alicia fuimos a ver una obra de teatro. Y no entendimos nada.
En el teatro tradicional, el actor se deja poseer por el espíritu de otro ser de ficción y mimetiza una acción. En el teatro de la crueldad, en cambio, el teatro no imita, sino que transfigura. El teatro tiene que ser el doble no de la realidad cotidiana y directa sino de la realidad que la sociedad prohibe. Así como el teatro occidental se erigió en el doble de la vida, la vida debe convertirse en el doble del teatro.
Artaud: “teatro de la crueldad” (lenguaje desnudo del teatro).
Artaud: negación de un teatro basado en la tiranía del texto (la palabra es sólo un gesto más entre todos).
Artaud: la puesta en escena “es” el teatro: límite de una crueldad que empieza por subvertir su propia representación.
Artaud: acabar con el concepto imitativo del arte, escupitajo en la mímesis: expulsión de Dios de la escena.
Artaud: acabar con la estética aristotélica en la que se ha llegado a reconocer la metafísica occidental del arte.
Artaud: representación visible contra la palabra que se sustrae de la vista.
Artaud: que el teatro deje de representar otro lenguaje.
Artaud: borrar todo tipo de repetición apostando por la diferencia (el teatro como repetición de lo que no se repite, como repetición de la diferencia).
Artaud: transgredir los límites ordinarios del arte y la palabra.
Artaud: recobrar el puesto entre el sueño y los acontecimientos (tal como lo describiera Freud: materialización visual y plástica de la palabra).
Artaud: superposición de imágenes y movimientos, por medio de colisiones de objeto, de silencios, gritos y ritmos.
Artaud: expresión renovada de los mitos en la vida moderna.
Artaud: aventura de un lenguaje sin léxico, glosolalia de las “palabras-valija” y sus invocaciones: carácter ritual (shamánico) de la palabra.
Con Alicia fuimos a ver una obra de teatro. Pasos ciegos se llamaba. Y no entendimos nada. Como en el encuentro con el huevo Humpty Dumpy a través del espejo:
- “Cuando yo uso una palabra –dice Humpty Dumpy- quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.
- La cuestión –insistió Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
- La cuestión –zanjó Humpty Dumpy- es saber quién es el que manda…, eso es todo. (…) Algunas palabras tienen su genio… particularmente los verbos…, son los más creídos…, con los adjetivos se puede hacer lo que se quiera, pero no con los verbos…, sin embargo, ¡yo me las arreglo para tenerselas tiesas a todos ellos! (…) Cuando hago que una palabra trabaje tanto como esa siempre le doy una paga extraordinaria”.
Construcción delirante de un lenguaje nuevo. Eso nos faltó cuando fuimos con Alicia a dar unos Pasos ciegos: ser un par de huevones.
Álvaro
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